lunes, 19 de enero de 2009

ACOSO SEXUAL UN DELITO NO DENUNCIADO

Estaba haciendo prácticas profesionales, el medio no lo digo porque ya no tiene caso, además no pasó a mayores. Entré como cualquier chava de prácticas, comencé haciendo trabajos normales. Mi jefe era un señor de más de 60 años.

“Casi de inmediato me di cuenta que tenía que irme con mucho cuidado, la mirada del señor era muy incómoda. Mi nombre lo decía en diminutivo, mi cubículo estaba afuera de su oficina, la verdad es que no le quise dar importancia, con el tiempo me fui acostumbrando y mi trabajo era de mucha utilidad. Las miradas cambiaron con el tiempo, varias veces me invitó a comer, todas las veces las rechacé diplomáticamente. Mi novio hacia lo posible por ir por mí todas las tardes, sólo iba cuatro horas diarias.

“Una de mis compañeras me dijo que así era con casi todas, que jamás se pasaba de la raya, por lo menos no llegó a un acoso sexual explícito. Me dio miedo, era la primera vez que tenía contacto con el mundo laboral y tenía ganas de quedarme, pero estar luchando con el acoso no estaba en mis planes.

“Después de tres meses le di las gracias, él se sorprendió un poco, le dije que tenía otros proyectos, me propuso darme empleo fijo, un pago acorde con lo que hacía. Dije que no, que ya lo había decidido. Mis amigos me decían que lo denunciara, pero jamás me puso una mano encima, además después de un rato de mis evasivas dejó de acosarme”.

Este es un relato de una amiga que me confió su caso. Yo fui uno de los que le dijo que denunciara. Encontrarse en una situación así era complicado, el señor era el dueño de la empresa, lo cual le daba cierto poder y ella no quería terminar mal. Ahora ya no tiene mucha importancia, eso fue hace más de un año.

El acoso sexual, se vuelve “normal” en la vida cotidiana, sobre todo de las mujeres. Pocas se han salvado de un “arrimón” en el micro o en el metro; de miradas o insinuaciones sexuales en cualquier lugar; de chiflidos o piropos obscenos en la calle; de sufrir acoso en la escuela, el trabajo y, a veces, hasta en la propia casa.

Cuando sucede una vez, puede quedar como un evento desagradable y hasta fácil de olvidar, siempre y cuando sea acoso leve (verbal), pero si se vuelve algo constante y, sobre todo, si sucede en un medio donde se está mucho tiempo, puede haber problemas graves, principalmente porque causa nervios, estrés, vergüenza, sentimientos de culpa y humillación.

La disyuntiva viene en lugares como el trabajo, no es lo mismo que te acose un empleado, que tu jefe, y no debería ser así, pero ante situaciones como la pérdida de empleo o de otras oportunidades muchas callan.

No hay que hacerlo exclusivo de las mujeres, pero sí aclarar que son las que más sufren este problema. Los hombres si es que son acosados, difícilmente denuncian por pena, pero sí se dan casos, sobre todo en jóvenes.

Jos es un chavo de 22 años y fue acosado en su trabajo por un policía: “Fue hace ya un tiempo, estaba trabajando; el policía que me dejaba entrar, me saludaba normalmente. Fue un diciembre que con motivo de intercambios y demás, me dio un pequeño regalo, lo acepté, no le di importancia. Con el tiempo me saludaba y me hacía plática, fue cuando noté algo raro, su mirada era insinuante, cuando me iba me seguía con la mirada.

“Lo que hice desde ese momento fue ignorarlo, pero poco duró, a los pocos días me paró y me dijo tajante que le gustaba que qué onda. Acudí con mi jefa, parecía que no era la primera vez, pero lo reubicaron en no se qué lugar. No me dio pena decírselo, si hacía algo por mi cuenta, el perjudicado sería yo, además estaba más chavo”.

El hostigamiento sexual está tipificado en el artículo 259 Bis del Código Penal Federal. Únicamente en diez estados de la República Mexicana es un delito penalizado, lo cual parece significar que hay que cuidarse y tratar en mayor medida de evitar situaciones de acoso, pero si existen, lo que hay que hacer es denunciarlas.

Si sufres de hostigamiento llama a SAPTEL 52-59-81-21. Saptel Cruz Roja Mexicana es un servicio efectivo de orientación, referencia y apoyo psicológico o emocional por teléfono principalmente para la población de la Ciudad de México y área Metropolitana.

Tú, ¿has sufrido el acoso de alguien?, ¿cómo te l@ has “quitado de encima”?
fuente el universal.com.mx escritor ivan ledezma

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